viernes, 6 de abril de 2007

Todas las personas de este mundo mueren solas. Lo que se hace en vida repercute eternamente.

¿Cómo queremos ser recordados?
¿Cuál es la cima?
¿Qué nos lleva a la Imperial Gloria?

Quizás el simple acto de sonreir cuando no te sonrien, de abrazar cuando no te abrazan, de mirar hacia delante cuando el resto no puede. ¿Para qué si no tanto dolor?

Al percibir sufrimiento frente a una catastrofe, el hombre busca medios innatos para salvar vidas, se hace fuerte y se convierte en una auténtica luz.

Esa es la grandeza que creemos perdida.

En momentos dignos del propio infierno, es ante la más terrible adversidad cuando el ser humano muestra su más noble 'yo'.

4 comentarios:

Anabel dijo...

Para que luego digan que el ser humano es malo por naturaleza...

Anónimo dijo...

Madre mía qué foto y qué texto...

Cada día te superas más, enhorabuena.

Me gusta mucho esta etapa de reflexión pública en el blog. Estoy seguro de que haremos grandes descubrimientos!

Luego los tenemos que recopilar todos y ponerlos en práctica en nuestras vidas.

Filosofía práctica señores!


Un besote!

Unknown dijo...

Nos dicen que recordemos los ideales, no al hombre, porque un hombre se puede acabar. Pueden detenerle, pueden matarle, pueden olvidarle, pero 400 años más tarde los ideales pueden seguir cambiando el mundo.

He visto con mis propios ojos el poder de los ideales. He visto a gente matar por ellos y morir por defenderlos. No se puede besar un ideal, ni tocarlo o cazarlo; los ideales no sangran, no sufren, y tampoco aman. Pero yo no echo de menos un ideal, echo de menos un hombre.

Cecis ... funámbula dijo...

Llegu por casualidad y me quede sin palabras.
Aplausos!!